miércoles, 14 de enero de 2015

Diez tips para evitar la aparición de várices

Las molestas arañitas o várices en las piernas pueden llevar a hinchazones, picazón, dolores, infecciones, trombosis y hasta úlceras varicosas; médicos recomiendan cómo prevenir y tratarla. 
Con la llegada del verano y las altas temperaturas, las mujeres comienzan a prestar más atención a sus piernas y observan como un problema estético aquellas arañitas o várices que desarrollaron durante el año.

Pero esas venas varicosas o várices esconden un problema más grave que el que se ve a simple vista y genera molestia a quienes intentan lucir unas piernas o un cuerpo ideal durante sus vacaciones. Según médicos consultados por La Nación, esta manifestación que preocupa a las mujeres es una enfermedad llamada Insuficiencia Venosa Crónica (IVC) que según su progresión puede traer consecuencias más graves para la salud con el correr del tiempo, como infecciones, trombosis o úlceras varicosas.

Tips para evitar la aparición de várices o su agravamiento

Evitar tomar sol en las piernas durante períodos largos

Por la noche mantener las piernas elevadas en la cama (5 a 10 cm.)

Si se realiza un trabajo que exige estar de pie o sentado mucho tiempo, ponerse medias de compresión

Evitar el sobrepeso

No usar ropa muy ajustada que dificulte el retorno venoso de las extremidades

No fumar

Utilizar "geles" fríos

Evitar ambientes muy cálidos

Caminar todos los días media hora o una hora tres veces por semana

Beber al menos 2 litros de agua al día

Sofía Cabrera, una mamá de dos chiquitos de 6 y 4 años comenzó a desarrollar venas varicosas a los 25 años. Con el uso de distintas cremas que probaba y algo de ejercicio, fue llevando adelante esta afección. Pero al término de su segundo embarazo la cosa empeoró al punto de que tenía dificultad para mover su pierna izquierda, que inclusive se hizo más grande y pesada.

"No podía caminar bien, iba como arrastrando las piernas. O después de estar un rato parada, enseguida debía acostarme y elevarlas por encima de mi cabeza para descomprimir la presión de la sangre", relató Sofía.

"Luego de un verano de varias caminatas con dolor por las playas de Pinamar, me di cuenta que debía someterme a un tratamiento médico eficaz. Consulté a un flebólogo y tras realizarme estudios con ultrasonido, me diagnosticó una insuficiencia venosa y me aconsejó seguir un tratamiento para combatirla y así eliminar el dolor", concluyó.

Venas dilatadas.

"Las varices son dilataciones y elongaciones del sistema vascular venoso que aparecen por el debilitamiento de tejidos, generalmente en los miembros inferiores, aunque pueden manifestarse en otras partes del cuerpo, que afecta fundamentalmente a las válvulas y a la pared que conforman las venas allí localizadas", explicó el doctor Hernán Bauzá Moreno, médico del Servicio de Cirugía General, Sector de Flebolinfología, del Hospital Italiano de Buenos Aires

"Así, las venas varicosas se originan cuando las válvulas presentes en las venas que regulan la dirección del flujo sanguíneo desde los pies hacia el corazón dejan de funcionar, haciendo que la sangre se acumule, generando venas agrandadas de un color más notorio, como azul o violáceo", completó el experto.

Su colega, el doctor Víctor Spano, jefe del Servicio de Flebolinfología de la Fundación Favaloro, agregó que estas dilataciones van aumentando el diámetro de las venas debido al estancamiento de la sangre, que "en lugar de ir para el corazón y no retroceder, vuelven hacia la parte inferior de las piernas en un movimiento conocido como reflujo".

"Allí es donde se presenta una disfunción valvular venosa que modifica la normal circulación unidireccional y dan como resultado estos reflujos que se manifiestan luego en la dilatación y elongación de la venas (hinchazón), y son conocidas comúnmente como várices", afirmó Bauzá Moreno, que destacó que el diagnóstico temprano y un adecuado tratamiento sobre las venas varicosas puede detener la progresión de esta afección.

Cambio de habitos

Originalmente, el hombre se trasladaba de un lugar a otro con la fuerza de sus piernas. El ejercicio de moverse de un lado a otro (nómades), cazar y hasta trabajar la tierra (agricultura), estaba presente casi a diario. Pero con el paso del tiempo la capacidad de ejercitarse disminuyó y la aparición de sus problemas circulatorios aumentaron.

Ya con los hábitos propios de nuestros tiempos, sea el sedentarismo, jornadas laborales extensas sentado en la oficina o bien parado detrás de un mostrador, el problema de la aparición de várices en las piernas se tornó más común de lo esperado.

"Con la evolución del hombre a la bipedestación, hasta el siglo XXI fueron muchos los cambios de hábitos rutinarios que llevaron a presentar insuficiencia venosa o dilatación varicosa, que se produce por un aumento de la presión hidrostática ejercida en su pared y da como consecuencia el aumento del diámetro de la misma y la incompetencia valvular", precisó el doctor Ignacio De Luca, cirujano cardiovascular del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA).

"El sistema venoso en el cuerpo humano no presenta una bomba que impulsa la sangre como el corazón en el sistema arterial en forma automática, sino que es impulsado por la contracción muscular de las piernas. Siendo así, al caminar, es la bomba periférica venosa la responsable de impulsar la sangre hacia el corazón ayudado por la competencia valvular que no permite que la sangre refluya, disminuyendo la presión ejercida sobre la pared venosa", afirmó De Luca, miembro del Servicio de Cirugía Vascular Periférica del ICBA.

El experto agregó que el sistema venoso se forma en tres capas: profundo, superficial y perforante. "Dependiendo del sistema venoso involucrado al pasar los años (las várices no se presentan en forma aguda, es una enfermedad crónica) según el hábito de cada persona tendrá como consecuencia desde unas simples telangiectasias (arañitas) hasta dilataciones de gran tamaño o extensión en todo el miembro inferior asociado a cambios tróficos de la piel o úlceras".

Factores de riesgo.

Si bien la insuficiencia venosa es una enfermedad crónica, existen factores de riesgo denominados modificables o no propios y no modificables o propios para cada individuo. "Dentro de los primeros podemos mencionar: el sedentarismo, el sobrepeso, el ortostatismo prolongado, el consumo de anticonceptivos orales y la constipación crónica, entre otros", indicó Bauzá Moreno.

"Dentro de los no modificables se encuentran: la edad (a mayor edad, mayor predisposición), el sexo (patología preponderante en el sexo femenino), de alguna manera los embarazos (las multíparas tienen más predisposición a desarrollar o potenciar una enfermedad ya existente), los cambios hormonales (pacientes predisponentes muchas veces debutan con la patología en la pubertad y/o en el mismo embarazo) y los antecedentes familiares, completó el especialista.

Y agregó: "En realidad al ser una enfermedad en la mayoría de los casos de origen primario (no se conoce su verdadera causa) y dada su condición heredofamiliar como se ve frecuentemente, no existe una manera eficaz de evitar que la enfermedad se desencadene pero si se podrían evitar o combatir algunos de sus factores predisponentes ya mencionados".

Por eso, recomendó el experto, se le indica al paciente realizar ejercicios aeróbicos (caminata, cinta, bicicleta, etc), evitar el sobrepeso, usar elastocompresión (medias o vendas elásticas), descansar con los miembros inferiores ligeramente elevados, evitar el consumo de alcohol (en pacientes con mucha predisposición), dietas que eviten la constipación y muchas veces también se indica medicación flebotónica, que si bien no cura la patología varicosa ya instaurada ni impide la progresión natural de la enfermedad, ayudan mucho a paliar los síntomas de la IVC.

También se prescriben cremas humectantes ricas en vitamina A y E para mantener una piel libre de resequedades y evitar los eccemas cutáneos. Todo lo mencionado forma parte de lo que se denomina tratamiento médico de la enfermedad, que puede incluir drenaje linfático, botas neumáticas, o bien, un tratamiento quirúrgico en caso de ser necesario.

En este caso, hay diferentes opciones dependiendo de cada paciente y su patología. Puede ser realizado en forma convencional o tratamiento láser, a medida que avanza la medicina los tratamientos son menos invasivos y las molestias postoperatorias más leves con menor tiempo de reposo.

Respecto a la incidencia de esta enfermedad en mujeres, el doctor Spano precisó: "Estadísticamente la relación de padecer varices entre hombres y mujeres es de una a tres. Ello también es porque existe una relación directa entre las hormonas y los distintos períodos que atraviesa la mujer: aparición de la menstruación (menarca), embarazos, y retiro de la menstruación (menopausia)"..

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