miércoles, 28 de enero de 2015

Vicios posturales que atentan contra tu columna

Si pasamos más de un tercio de nuestro día en la oficina, detrás de un escritorio o sentadas frente a una computadora, es importante que prestemos atención a nuestra postura
Cuando nuestro trabajo nos obliga a estar sentadas frente a la computadora o ante el escritorio muchas horas en el día pueden generarse malas posturas y costumbres que terminarán dañando la columna. Muchas de las dolencias de espalda se desarrollan por adquirir vicios posturales que nos generarán, con el tiempo, un dolor. Es que, en general, vamos por la vida sin prestar verdadera atención a nuestra postura, y hacemos malos esfuerzos que a futuro traerán dolores que podrían haber sido prevenidos.

La edad puede ser un condicionante: el paso del tiempo deteriora la elasticidad, tornándonos cada día más rígidos y llevándonos a perder movilidad. Existe, por otro lado, un factor hereditario, es decir, alteraciones de nuestra estructura que, en muchos casos, son congénitas (de nacimiento) y otras que se adquieren porque tenemos una estructura con una predisposición a sufrir. Por ejemplo, si tenemos una personalidad explosiva, estaremos predispuestos a estar más tensionados; si tenemos una columna con algún problema en su estructura, nos va a generar dolores a veces hasta sin haber realizado ningún esfuerzo.

El sobrepeso es un factor sumamente destructivo para la columna y las articulaciones en general. Así, por ejemplo, tener sobrepeso suele llevar a quien lo padece -en su intento por revertir la situación- a hacer actividad física, lo que hace que no tarden en aparecer los dolores en tobillos, rodillas, columna, etc. Pensemos que la actividad aeróbica de caminar es buena, pero una estructura ósea con exceso de peso no está preparada para soportarla.

Asimismo, los traumatismos presentes a lo largo de la vida -desde edades tempranas- condicionan nuestra calidad de vida, aunque a veces no nos demos cuenta. Por ejemplo, un niño desde que nace hasta los 5 años de edad puede llegar a caerse unas 2.500 veces; vaya si tendrá oportunidad de que algunos de estos traumas le generen una dolencia.

Corregir la postura


Si pasamos más de un tercio de nuestro día en la oficina, detrás de un escritorio o sentados frente a una computadora, es más que seguro que hayamos sentidos las consecuencias de adoptar una mala postura sentados o, simplemente, el estrés que se acumula en los hombros, espalda y piernas.

Los estudios demuestran que el 75% de la población padeció algún tipo de molestia o dolor en la espalda y, si a eso le sumamos que cada uno de nosotros tenemos algún tipo de desbalance o debilidad muscular (dormir del mismo lado, utilizar billetera, llevar la cartera siempre del mismo lado), comprenderemos la importancia de adoptar una buena postura durante esas horas de trabajo, ya que nuestra espalda nos estará recordando que debemos tomar algunos pequeños descansos para relajar la posición.

Prestar atención a nuestros hábitos

La postura durante las horas de trabajo es crucial; tener sillones ergonómicos y escritorios que también lo sean ayudarán a tener un ambiente más amigable con nuestra postura, pero también nosotros tendremos que prestarle atención a la disposición de nuestra computadora: si el monitor está muy alto o bajo (tiene que estar frente a nosotros a la altura de nuestra vista), debemos trabajar con nuestro antebrazo apoyado en el escritorio y no con él suelto, y cuando doblamos la muñeca para manejar el mouse todo el peso lo soporta el cuello, así nos contracturamos y generamos dolores de muñeca. Además, cada hora conviene levantarse de la silla y caminar brevemente, ya que esto mejora nuestro retorno venoso y no deja que la tensión se acumule.

Fuera de la oficina

* Levantar objetos del suelo sin flexionar las rodillas es una acción frecuente que nos genera un movimiento de basculación del cinturón lumbar acercando los cuerpos vertebrales y predisponiéndonos para pinzar un nervio o afectar el disco, porque reducimos los espacios entre las vértebras en esta acción. Creemos que tenemos que tener cuidado si levantamos algo pesado cuando en realidad es la acción en sí la que nos puede dañar: no importa si es pesado o no, aunque levantemos un papel nos puede generar un dolor intenso en toda la zona lumbar.

* Dormir de manera inadecuada es otro factor sumamente importante. La postura ideal para dormir es de costado con una ligera flexión de ambas rodillas (posición fetal). Nunca boca abajo, ya que las curvas se acentúan y hay que girar la cabeza hacia un costado para respirar y todo esto genera, por las horas que pasamos durmiendo, una tensión estructural importante. También hay que tener en cuenta el tipo de colchón, almohada, etc., que cobra relevancia si pensamos que pasamos un cuarto de nuestra vida durmiendo. Un colchón no debería ser usado más de ocho años, y una almohada, no más de dos.

* El sedentarismo es otro gran culpable de los dolores de espalda. Las actividades laborales y hogareñas nos "obligan" a movernos menos; esto, sumado a la alimentación de baja calidad, rápida, etc.

Algunos ejercicios

* Acostada boca arriba con las rodillas flexionadas, llevá una rodilla al pecho y contá hasta 10, tomándote de la rodilla con ambas manos. Soltá, hacé lo mismo con la otra y luego hacé lo mismo con las dos. Y, cuando lo haga, hacé círculos hacia un lado y el otro.

* Hacé ejercicios de movilidad del cuello con mano cambiada: probá llevar la oreja al hombro sin levantarlo, primero uno y luego otro; ir adelante llevando el mentón al pecho y hacer semicírculos. Cuidate de no llevar la cabeza hacia atrás.

* Series de abdominales levantando el tronco (no nos debe doler el cuello). Elevate mirando el techo; podés colocar las manos entrelazadas por detrás de la nuca o sobre el pecho.

* Elongá todos los grupos musculares (piernas, brazos, tronco) sin "rebote", llegá hasta donde alcances, contá hasta 10 y regresá.

Fuente: Derf

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