lunes, 3 de julio de 2017

Aumenta tu consumo de omega 3 incluyendo estos alimentos en tu dieta

Aunque podemos encontrar comprimidos y suplementos de omega 3, siempre será más recomendable obtenerlo de fuentes naturales como el aceite de oliva que, además, nos proporciona otros muchos nutrientes y beneficios



El consumo de fuentes de omega 3 es uno de los hábitos más recomendados para cuidar la salud cardiovascular y circulatoria.

Este tipo de grasa poliinsaturada, que el cuerpo no produce por sí mismo, combate la inflamación y facilita la limpieza de las arterias para evitar los depósitos de colesterol y triglicéridos.

Por si fuera poco, es uno de los ácidos grasos que ayudan a proteger el cerebro frente a los efectos del envejecimiento prematuro, ya que estimula su regeneración celular y reduce el impacto negativo de los radicales libres.

Debido a esto en la actualidad está catalogada como una de las grasas más saludables para el cuerpo y, por lo tanto, se recomida ingerir regularmente los alimentos que la contienen.

Teniendo en cuenta que muchos desconocen cuáles son, a continuación queremos compartir un breve listado con los mejores.

¡Descúbrelos!

Semillas de linaza

Si bien las semillas de linaza se hicieron populares en todo el mundo por ser un complemento para bajar de peso, es bueno destacarlas por su significativo aporte de omega 3.

Cada 100 gramos del producto aporta alrededor de 20 gramos de este ácido graso y, a su vez, es una gran fuente de fibra dietética y aminoácidos.

¿Cómo consumirlas?

Agrega una cucharada (10 g) de semillas de lino en tus batidos y zumos naturales.
Prepara agua de semillas de lino remojando el ingrediente en un vaso de agua (200 ml).
Incorpora las semillas en tus panes, galletas o granola casera.

Semillas de chía

Las semillas de chía tienen propiedades digestivas y diuréticas que pueden ayudar a mejorar la salud en pacientes con sobrepeso.

Al igual que el alimento anterior, aportan hasta 20 gramos de omega 3 por cada 100 gramos y también cuentan con fibra, antioxidantes y minerales esenciales.

¿Cómo consumirlas?

Rocía un puñado de semillas de chía sobre tus batidos y jugos.

Consume una cucharada (10 g) en tu desayuno, ya sea sobre tu granola o yogur.
Caballa

La caballa es un tipo de pescado azul que contiene hasta 5,1 gramos de omega 3 por cada porción de 100 gramos.

Está recomendada para pacientes con problemas del sistema cardiovascular, ya que evita la inflamación de las arterias y contribuye a regular el colesterol.

Es una importante fuente de energía, dado que aporta proteínas y vitaminas del complejo B.

Estas no solo ayudan a mejorar el rendimiento físico, sino que apoyan el mantenimiento del sistema nervioso y el cerebro.

¿Cómo consumirla?

Consume 1 o 2 porciones de caballa a la semana.
Incorpórala en tus ensaladas, sopas y demás recetas con pescado.

Salmón

Cada porción de 100 gramos de salmón puede brindar unos 4 gramos de omega 3, además de 39,3 gramos de proteínas de alta calidad que ayudan a cumplir con los requerimientos diarios del organismo.

Este alimento está recomendado para el control del colesterol y problemas como la artritis, dado que estimula la eliminación de lípidos y regula el nivel de inflamación de los tejidos.

Sus aportes de vitaminas del complejo B, en conjunto con el omega 3, disminuyen el riesgo de depresión y dificultades cognitivas.

¿Cómo consumirlo?

Prepáralo asado o a la plancha, y consume unas 2 o 3 porciones a la semana.

Aceite de oliva

El aceite de oliva es una de las fuentes de ácidos grasos saludables que más beneficios le brindan al organismo cuando se consume de forma regular y moderada.

Cada 100 gramos aporta alrededor de 8,3 gramos de omega 3 y es una excelente fuente de sustancias antioxidantes.

Sus propiedades facilitan el control del colesterol y la hipertensión, por lo que reducen el riesgo de padecer trastornos cardiovasculares crónicos.

¿Cómo consumirlo?

Ingiere una cucharada (16 g) de aceite de oliva extra virgen en ayunas.
Rocía un pequeño chorro de este aceite sobre tus ensaladas o sándwiches.
Úsalo para elaborar galletas, panes y otras preparaciones similares.

Nueces

Energéticas y saciantes, las nueces son una importante fuente de omega 3 que puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar trastornos cardiovasculares y cognitivos.

Cada 100 gramos aporta hasta 9 gramos de este ácido graso y, además, también cuentan con fibra dietética y aminoácidos.

Su consumo regular promueve el control del colesterol alto en la sangre y mejora el rendimiento mental.

¿Cómo consumirlas?

Consume un puñado de nueces cada vez que sientas ansiedad por comer.
Agrégalas en tus batidos de frutas y vegetales.
Disfrútalas con tu plato de yogur y granola.

¿Cada cuánto consumes omega 3? Aunque este nutriente se puede encontrar en suplementos y comprimidos, recuerda que siempre es recomendable elegir las fuentes 100% naturales.

Aumenta la ingesta de los alimentos mencionados y comprueba cuán buenos son para mantener tu bienestar físico y mental.

Fuente: mejorconsalud / MF

8 señales que te indican que tu intestino está enfermo

Debido a esto es común que algunos confundan sus problemas de salud con ciertas patologías, ignorando que en realidad el problema surge de alteraciones en este órgano.



Los trastornos intestinales suelen desencadenar una serie de síntomas digestivos que pueden interrumpir nuestra jornada al hacer que nos sintamos enfermos.

Es común sentir dolores abdominales, inflamación y otras molestias estomacales que, de hecho, pueden ser recurrentes dependiendo del factor que lo origine.

No obstante, dado que la salud intestinal interfiere en procesos como la segregación de algunas hormonas y la salud inmunitaria, es frecuente que sus enfermedades también se manifiesten con reacciones en otros sistemas del cuerpo.

Debido a esto es común que algunos confundan sus problemas de salud con ciertas patologías, ignorando que en realidad el problema surge de alteraciones en este órgano.

Por tal razón, en esta oportunidad queremos compartir 8 señales que, aunque pueden darse por otros factores, suelen indicar que el intestino no está del todo bien.

1. Ansiedad y depresión

Resulta bastante extraño vincular el funcionamiento del intestino con las emociones pero, por raro que parezca, este tiene mucho que ver.

En este órgano se origina cerca del 70% de la serotonina del cuerpo, es decir, el neurotransmisor relacionado con la felicidad y el bienestar.

La disminución de esta sustancia química provoca bajas en el estado de ánimo y, a su vez, afecta funciones fisiológicas como la digestión.

2. Niveles altos de glucosa
La prediabetes y la diabetes son trastornos crónicos que se originan por la acumulación excesiva de azúcar en la sangre.

Estas condiciones pueden producirse a partir de un mal funcionamiento intestinal, dado que las bacterias que habitan en el sistema pueden alterarse y desencadenar dificultades en los procesos metabólicos que transforman la glucosa en fuentes de energía.

3. Enfermedades cutáneas

Las erupciones cutáneas, como las que produce el acné, y afecciones como el eccema pueden sugerir dificultades en el intestino, específicamente por alteraciones en la actividad de las bacterias que lo colonizan.

Por ejemplo, un trastorno conocido como intestino permeable, caracterizado por la dificultad en la digestión de algunas partículas de los alimentos, desencadena una respuesta inflamatoria que, la mayor parte de las veces, es evidente sobre la piel.

4. Problemas digestivos
La inflamación abdominal, los gases y la diarrea son señales evidentes de una fuerte alteración en la flora bacteriana que protege el intestino.

Si bien son síntomas que surgen de varias enfermedades estomacales, hay que tener en cuenta que su origen puede ser un desorden intestinal.

Este puede generarse por la acumulación excesiva de sustancias de desecho, además de dificultades en la digestión de algunos alimentos.

5. Mal aliento

La halitosis, lo que todos conocemos como mal aliento, puede tener su origen en el desequilibrio microbiano del intestino.

Aunque estas alteraciones generan reacciones en el estómago, un gran número de casos llegan a transportarse hacia otras áreas del cuerpo, entre las que se incluye la boca.

Se puede identificar cuando, por ejemplo, pese al uso de enjuagues bucales y remedios externos, el mal olor no desaparece.

6. Dificultades para dormir
Los problemas para conciliar el sueño alertan de un desequilibrio en las sustancias químicas que segrega el cerebro para dormir bien.

Una de estas es la serotonina, un neurotransmisor que, como ya mencionamos, se produce en gran parte a nivel intestinal.

Cuando sus niveles disminuyen, o están fuera de lo normal, es habitual tener insomnio e interrupciones de sueño durante el periodo de descanso.

7. Deseos de comer azúcar

Los desequilibrios que sufren las bacterias por el consumo habitual de azúcares y dulces se pueden traducir en el deseo insaciable de continuar comiendo esta variedad de alimentos.

Las bacterias se van adaptando a que esta sustancia es su sustento y, cuando sus niveles comienzan a reducirse, exigen al cerebro más provisiones.

Como resultado aparece la ansiedad de comer más de lo normal y, a mediano y largo plazo, conduce al sobrepeso.

8. Intolerancias alimentarias
Las intolerancias alimentarias, como al consumir lactosa o gluten, son el subproducto de las dificultades que tiene el intestino para digerir por completo este tipo de sustancias.

Se trata de una condición conocida como intestino permeable que, al dificultar la descomposición de los alimentos, genera una respuesta inflamatoria que afecta tanto la digestión como el sistema inmunitario.

Es primordial identificar estos problemas, dado que su falta de tratamiento puede derivar en enfermedades de mayor cuidado.

En conclusión, aunque lo normal es sentir molestias digestivas, un intestino enfermo también puede afectar la salud emocional, cutánea y metabólica.

Es primordial consultar al médico ante cualquier sospecha, sobre todo si los síntomas persisten o aparecen de forma recurrente.

Fuente: Mejor con salud

Calentamiento ¡en tres minutos!

No necesitas material. El skipping consiste en imitar el gesto de carrera pero sin moverte del sitio (ya sabes, como en esas pesadillas en las que por mucho que lo intentes no puedes avanzar).



Técnica: Mantén la espalda recta y alárgala como si quisieras tocar el techo con la parte alta de tu cabeza. Mirada al frente. Debes estar erguida, no lleves el tronco hacia delante. Los pies han de estar abiertos al ancho de tus caderas y las rodillas deben elevarse, pero no demasiado. Sube tu brazo derecho flexionado a 90º cuando levantes tu rodilla izquierda, y viceversa.

Haz: 40 segundos de skipping, descansa 20 y repite hasta completar los tres minutos.

Fuente: derf / MF