martes, 6 de mayo de 2014

El sol un gran aliado de la salud

  • El buen tiempo permite disfrutar baños de sol integrales, una práctica saludable que aumenta las defensas y la vitalidad. Si se toma en pequeñas dosis, el cuerpo tiene la capacidad innata de aprovechar los beneficios del sol sin recurrir a protección.
La mayoría de personas tienen la capacidad de adaptarse al sol, que puede tomarse gradualmente en dosis moderadas, sin usar cremas. Numerosos estudios revelan los efectos saludables del sol: aumento de la ventilación pulmonar, hematíes, leucocitos, hemoglobina, anticuerpos y sustancias defensivas plasmáticas, así como la mejora de la irrigación sanguínea periférica. Otros, realizados entre determinados grupos de población, como los mineros, señalan que tras recibir baños de sol se es menos propenso a gripes y resfriados.

Los rayos solares deben recibirse directamente, sin atravesar vidrios u otros medios que puedan absorber parte de las radiaciones. Será pues mejor sobre el cuerpo desnudo, con un sombrero para proteger la cabeza y gafas ahumadas, preferentemente homologadas, para preservar la vista. Como norma, el sol se debe tomar una hora en primavera, media hora en verano y hora y media en otoño e invierno. Hay que comenzar con dosis periódicas pequeñas, sin superar el bienestar subjetivo de la persona. No ha de haber sensación excesiva de calor y la piel debe permanecer seca y sin cremas protectoras.

Existen reacciones o alergias solares que son realmente alergias a las cremas solares. Si bien la utilización de cremas protectoras solares protege del efecto de eritema o quemadura, no preserva del efecto desencadenante del melanoma, e incluso al proteger de la quemadura deja sin respuesta la primera opción de aviso que tiene el cuerpo para quejarse, porque ya se ha tomado demasiado el sol, lo cual crea confusiones.

La aplicación debe ser progresiva, en sesiones cada día más largas para que el organismo se acostumbre, atendiendo a la respuesta individual. En caso de aplicación sobre zonas reducidas, las medidas son simples: basta con descubrir la zona correspondiente y exponerla al sol, durante tiempos crecientes, habitualmente cinco minutos por día. Si el tratamiento es general, ha de tenerse mayor precaución, siendo conveniente comenzar cubierto con ropa ligera, para seguir luego sobre zonas desnudas que partiendo de los pies se irán ampliando hasta alcanzar todo el organismo.

El sol es un buen amigo y nos regala luz, calor y vida. Todos podemos beneficiarnos de su acción positiva disfrutando tranquilamente de su compañía sin protección y en pequeñas dosis.

Baños de sol para ganar salud


Seguro que alguna vez hemos experimentado la grata sensación de tomar el sol, y lo hemos expresado diciendo qué agradable es sentirlo. Su acción terapéutica es inmensa y puede ser utilizada para tratar distintas dolencias.

Afecciones de la piel. La piel es uno de los órganos del cuerpo que mejor expresa el fotoenvejecimiento, pero un correcto uso de la luz solar también le reporta grandes beneficios. En la psoriasis ha demostrado ser uno de los tratamientos más efectivos.

Trastornos de origen nervioso. La luz solar es imprescindible para la regulación de los neurotransmisores y es un potente antidepresivo. Los baños de sol están indicados para recuperarse de la astenia física.

Enfermedades

reumáticas. En problemas reumáticos, tanto en osteoartritis, como en la artritis reumatoide o procesos degenerativos por descalcificación, los baños de sol resultan beneficiosos.

Tiroides y alteración del ciclo menstrual. La luz regula las secreciones de la glándula pineal y modula todos los ritmos hormonales. Es útil en enfermedades de la glándula tiroides y en algunas alteraciones menstruales.

Fuente: cuerpomente.com

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