martes, 7 de junio de 2016

Si sufres ANSIEDAD seguro que sientes todo esto...

Vivir con ansiedad supone afrontar un sinfín de desafíos día a día. Pero debes saber que no estás sola en este sufrimiento y que muchas otras personas se encuentran en la misma situación que tú, atravesando todo esto...

Una de las características de las personas ansiosas es que se preocupan en exceso por lo que pasa y, peor aún, por lo que va a pasar sin importar si se trata de una pequeñez o algo mucho más importante.

Las personas ansiosas también tienen problemas para conciliar el sueño. El insomnio siempre está presente en sus noches y esto les impide descansar correctamente.

Las personas ansiosas sienten miedos como todo el mundo. Sin embargo, lo que las diferencia de los demás es que su miedo es abrumador y perturbador y no las deja vivir tranquilos. Puede ser que esta fobia se despierte de un momento a otro o que a lo largo de los años vaya creciendo hasta alcanzar dimensiones enormes si no es tratado a tiempo.

Las personas que son ansiosas se quejan mucho de dolores musculares. Lo que ocurre es que el estado permanente de nervios en el que se encuentran las obliga a tener siempre los músculos tensos. No es raro ver una persona ansiosa con la mandíbula apretada o quejándose de dolor de hombros, cuello, espalda y cabeza.

Aquellas personas con ansiedad siempre tienen problemas gástricos. Suelen quejarse de dolor de estómago luego de almorzar o cenar porque su cuerpo no sintetiza bien los alimentos.

La persona con ansiedad se ve afectada por los hechos del día a tal punto de que le cuesta muchísimo poder interactuar con otras personas sin sentirse afectada. Cuando nota que todos los ojos están puestos en ella, suele experimentar episodios de rubor, temblores, náuseas, sudoración abundante y muchísima dificultad para hablar.

No es raro que las personas con ansiedad comenten que sufren de ataques de pánico. Es otra de las consecuencias que tiene este padecimiento. Los síntomas más notorios son sentir un miedo irrefrenable acompañado de problemas para respirar, latidos fuertes del corazón, entumecimiento en las manos, dolor en el pecho, en el estómago y sensaciones alternadas de frío y calor.

La verdad que padecer de ansiedad no es muy agradable que digamos. Lo importante es saber reconocer los síntomas de un ataque y poder calmarnos. Si en tu caso esto se torna en algo muy grave, no tengas miedo y consulta con un profesional. Él podrá ayudarte a encontrar el mejor camino a seguir.

Fuente: I Mujer

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