Todos hemos visto cientos de comerciales en los que se ofrecen resultados milagrosos a través depastillas adelgazantes, pero la verdad es que la mayoría de ellas son solo un mito ¿Por qué? Pues, porque en muchos casos simplemente te venden cosas que no han sido demostradas científicamente, solo por estudios convenientemente realizados por las mismas marcas.
Para comenzar, las pastillas adelgazantes no son catalogadas legalmente como fármacos, por lo que las autoridades, en general, de ningún organismo de salud, exigen las pruebas de rigurosidad, calidad y resultados a las que se someten, por ejemplo, tabletas antigripales o jarabes para la tos. La categoría en la que se encuentran estas píldoras es en "suplementos dietéticos” y se encuentran completamente a salvo de estos estudios.
Así, un producto de este tipo puede promocionarse y ofrecer falsos resultados confirmados "estudios científicos”, que en realidad fueron realizados por la parte interesada, mostrando únicamente los beneficios del producto y ocultando posibles efectos secundarios.
El otro problema con las pastillas adelgazantes es que ¡no funcionan igual para todo el mundo! Algunas personas se benefician de sus efectos, mientras que otras no obtienen ningún resultado… o por el contrario, sufren de efectos secundarios dañinos para su cuerpo. Esto ocurre porque cada organismo es diferente, y los componentes con los que están hechos estas pastillas no siempre reaccionan de igual manera que lo haría un medicamento, porque, de nuevo, no pueden ser catalogados como fármacos.
Una verdad que sí se le puede conceder a las pastillas adelgazantes es que, dependiendo de tu metabolismo y lo que quieras lograr, algunas personas logran llegar a sus objetivos de manera un poco más eficiente combinando su uso con una dieta adecuada y una rutina de ejercicios ¡Pero nunca por arte de magia! Así que ya lo sabes, esos productos que se venden como una fórmula milagrosa con la que sin hacer nada encapsulan la grasa de tu cuerpo y la eliminan sin requerir de nada más, es muy probable que no funcionen. En el mejor de los casos, las pastillas adelgazantes pueden ser un coadyuvante en el proceso de pérdida de peso si se usan como complemento de la dieta y ejercicios. Olvídate de cuentos de hadas y ¡comienza a trabajar duro por la meta a la que quieres llegar!
Fuente: El Impulso
Así, un producto de este tipo puede promocionarse y ofrecer falsos resultados confirmados "estudios científicos”, que en realidad fueron realizados por la parte interesada, mostrando únicamente los beneficios del producto y ocultando posibles efectos secundarios.
El otro problema con las pastillas adelgazantes es que ¡no funcionan igual para todo el mundo! Algunas personas se benefician de sus efectos, mientras que otras no obtienen ningún resultado… o por el contrario, sufren de efectos secundarios dañinos para su cuerpo. Esto ocurre porque cada organismo es diferente, y los componentes con los que están hechos estas pastillas no siempre reaccionan de igual manera que lo haría un medicamento, porque, de nuevo, no pueden ser catalogados como fármacos.
Una verdad que sí se le puede conceder a las pastillas adelgazantes es que, dependiendo de tu metabolismo y lo que quieras lograr, algunas personas logran llegar a sus objetivos de manera un poco más eficiente combinando su uso con una dieta adecuada y una rutina de ejercicios ¡Pero nunca por arte de magia! Así que ya lo sabes, esos productos que se venden como una fórmula milagrosa con la que sin hacer nada encapsulan la grasa de tu cuerpo y la eliminan sin requerir de nada más, es muy probable que no funcionen. En el mejor de los casos, las pastillas adelgazantes pueden ser un coadyuvante en el proceso de pérdida de peso si se usan como complemento de la dieta y ejercicios. Olvídate de cuentos de hadas y ¡comienza a trabajar duro por la meta a la que quieres llegar!
Fuente: El Impulso
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